Una Sola Mirada

Sobre papel, con un lápiz,
quise dibujar tu rostro,
de cartón aceitunado,
y de pómulos salientes,
y de mejillas borradas.

¿Y tus ojos? Y tus ojos
con una sola mirada,
traspasando las paredes,
se fijaron en el mundo,
hacia el cual tu caminabas,
eras dueña del espacio,
de tus palabras sin voz
y de tu alumbrada mente
que los años respetaron.

Solas éramos las dos,
bajo un manto de silencio,
y a falta de papel,
de pinturas de pincel,
sobre mi falda planchada,
con un dedo dibujé,
una vez y otra vez,
tu perfil acartonado.

Y en mi mente y en mi alma,
toda tu figura entera,
perfecta quedo tatuada,
con tinta roja de amor
y de luz que es la dorada.


En recuerdo a mi madre, a la que siempre
llevaré en mi corazón.


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